ⓒ 2005 WATV

Los alentadores de la Iglesia de Dios atrajeron la atención de las personas en los Juegos Asiáticos 2002 en Busán, en los Juegos FESPIC 2002 y en la Universiadas de Verano de Daegu 2003. Sus gritos de ánimo resonaron en la ciudad de Incheon. Bajo el logo: “El Mundo a Asia, Asia a Incheon”, los miembros de la iglesia en la ciudad de Incheon fueron voluntarios para animar el 16to. Campeonato Asiático de Atletismo, que se realizó en el estadio Munhak de Incheon, del 1 al 4 de septiembre. Los alentadores presentaron a Corea y a Incheon a Asia y difundieron la gloria de Dios a las naciones.

El Campeonato Asiático de Atletismo realizado por primera vez en 1973 en Marikana, Filipinas, se realizaba cada dos años. Este año, era el 16to. campeonato, realizándose por segunda vez en Corea, primero en Seúl y después en Incheon. Con la esperanza de que todos los asiáticos fueran uno, el título del campeonato era “Uno”. La ceremonia de inauguración se realizó el 31 de agosto con mil atletas y funcionarios de 45 países asiáticos. Tuvieron una buena competencia en los 43 partidos.

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Alrededor de 500 alentadores de la Iglesia de Dios fueron el centro de la atención de los ciudadanos y de los medios de comunicación. Los ciudadanos se sintieron orgullosos porque los voluntarios alentaban muy enérgicamente cada partido y animaban el ambiente del campeonato, que habría sido muy aburrido por la indiferencia de los ciudadanos. No les molestaba el caluroso clima, y animaban fervientemente a los atletas de cada país con banderas y camisetas rojas, azules, amarillas, verdes y blancas del primero al último día. Siguieron alentando incluso en el tiempo de descanso.

La audiencia estaba muy sorprendida por la temperatura de los voluntarios que no paraban de animar. Cuando de repente comenzó a llover, el público rápidamente dejó el estadio pero los alentadores de la Iglesia de Dios siguieron animando a los atletas, lo cual era muy conmovedor. Un ciudadano que grababa las actividades de los alentadores con una cámara, dijo: “Es bueno ver que los miembros de la iglesia apoyen voluntariamente a los atletas en un evento internacional. Espero que este tipo de ayuda se expanda”. Varios reporteros coreanos y extranjeros rodearon a los alentadores para grabarlos. Un estudiante universitario dijo: “El apoyo que daban era bueno, pero realmente me impresionaron sus brillantes sonrisas. Como coreano, estoy muy orgulloso de los alentadores porque están difundiendo una buena imagen de Corea al mundo entero”.

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Los alentadores emocionaron tanto a los atletas como a los que asistieron a las competencias como representantes de sus propios países. He Dan y Tang Yinghua de China, que recibieron la medalla de oro y plata por la competencia de marcha atlética de 20 km, y Wangping que recibió la medalla de oro en la carrera de 100 m, agradecieron a los alentadores: “Ellos son muy buenos y muy amables”. Bondarenk, un entrenador catarí, dijo: “Nunca lo esperé. Nos alentaron entusiasmadamente, agitando sus banderas. Fue muy conmovedor”. Pazal, un atleta pakistaní, elogió a los alentadores: “Son muy amables. Si fuera posible, me gustaría vivir en Corea”.

Los atletas de Arabia Saudita también se impresionaron por el apoyo y pidieron que los volvieran a animar después de ganar en la carrera de 200 m. Los alentadores los animaron diciendo: “We Love You!” En cada estadio, los atletas que eran animados por el grito de los alentadores y lograban buenos resultados, les agradecían y se saludaban unos a otros.

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Un periodista, que estaba observando a los alentadores durante todo el campeonato, valoró mucho las actividades, diciendo: “Algunos atletas de pobres condiciones de los países de África corrieron descalzos para ahorrar dinero. Pienso que se habrán conmovido tremendamente por los alentadores. Ellos transmitieron energía a los atletas y ciudadanos, uniéndose a ellos”.

Hwang Seong-jin, jefe de relaciones públicas, dijo: “El título de este campeonato es ‘Uno’. Los alentadores voluntarios de la Iglesia de Dios han hecho un maravilloso trabajo en hacer que los ciudadanos sean uno. En este campeonato ellos dan a conocer a Corea a todo el mundo. Han demostrado qué es el trabajo voluntario, animando incansablemente. Les agradezco muchísimo. Deseo que sigan demostrando sus buenas obras”.

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El pastor Kim Yeoung-do, que estaba a cargo de la animación de los juegos, dijo: “Nos ofrecimos voluntariamente para animar a los atletas de 45 países asiáticos, deseando que todo el mundo reconozca a Corea como un cálido país como el abrazo de la Madre. Esperábamos que este campeonato fuera una buena oportunidad para difundir el amor de Dios al mundo entero. Pudimos sentir que el mundo se unía a través de nuestras actividades de animación. No había barreras de raza humana, cultura o idioma”. Ellos no podían ocultar su felicidad por el hecho que estar mostrando una buena imagen de Corea a todas las naciones.

Estamos esperando el día en que el amor de Dios se difunda a todos los pueblos y naciones, y no solo en 45 países asiáticos. Ese día, el mundo entero será uno en el nombre de Dios, como si todas las barreras se derrumbaran y las personas se volvieran uno a través del esfuerzo de los alentadores en este campeonato.